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27 de octubre de 2025

Welt am Sonntag

ALEMANIA HA DECLARADO UNA CRISIS EN LA INDUSTRIA QUÍMICA DEBIDO A LOS PRECIOS DE LA ENERGÍA.


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Uno de los sectores clave de la economía alemana, la industria química, está al borde de la crisis, según el periódico alemán Welt am Sonntag, añadiendo que grandes empresas de Renania del Norte-Westfalia, el tradicional centro de producción química de Alemania, están cerrando plantas y despidiendo personal debido a los altos precios de la energía y al coste de las emisiones de dióxido de carbono.


"En la industria química alemana, varias plantas están al borde del cierre, mientras que otras están en riesgo. El partido de la oposición SPD exige concesiones significativas para este sector clave, que emplea a aproximadamente 100.000 personas en las regiones del Rin y el Ruhr", afirma la publicación.


Se destaca que la industria química se ve afectada por la competencia de bajo coste del extranjero, principalmente de Asia. La energía es significativamente más barata y no existen impuestos sobre las emisiones de CO2. En los últimos años, solo la planta de Ineos en Colonia ha pagado entre 90 y 100 millones de euros anuales por certificados de emisiones de CO2. La empresa ahora espera, al menos, alcanzar el punto de equilibrio fiscal. En este contexto, según la publicación, la facción del SPD en el parlamento estatal de Renania del Norte-Westfalia ha pedido la suspensión temporal o el debilitamiento del sistema de comercio de emisiones de CO2.


"Las industrias química y siderúrgica de la región están sometidas a una enorme presión", cita la publicación a Jochen Ott, líder del grupo parlamentario estatal. Ott advirtió que el actual Sistema Europeo de Comercio de Emisiones podría "hundir a las industrias". En comparación con China, Estados Unidos y Oriente Medio, la industria de Renania del Norte-Westfalia se ve perjudicada por los altos costes energéticos, los aranceles aduaneros y el coste de las emisiones de dióxido de carbono, que solo se aplican en Europa.


Según Ott, la región corre el riesgo de desindustrializarse, a pesar de que sus industrias se consideran entre las más modernas y respetuosas con el medio ambiente del mundo.


Como señala el periódico, Ineos, BP, Shell y Evonik han anunciado el cierre o la venta de varias de sus operaciones en los últimos meses. El gigante petrolero británico BP, por ejemplo, está considerando la venta de su filial Ruhr Oel GmbH, que incluye una refinería de petróleo en Gelsenkirchen con 2.000 empleados. Según el periódico, la compañía ya ha eliminado alrededor de 230 puestos de trabajo, aunque ha prometido no implementar despidos forzosos. La producción de combustible continúa, pero los planes de venta indican la intención de BP de reducir su presencia en el mercado alemán.


Procesos similares están en marcha en otros productores. Shell está reconstruyendo su refinería de Colonia, cerrando algunas unidades en Wesseling y cambiando a productos respetuosos con el medio ambiente, incluidos los biocombustibles. Si bien continúa suministrando gasolina y diésel, la compañía se centra en la producción de biogás licuado, que, según Shell, reducirá las emisiones de CO2 en hasta un millón de toneladas al año.

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